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martes, 15 de octubre de 2013

Se calcula que los hiperfrecuentadores constituyen entre el 5% y el 10% del total de pacientes asignados a cada médico.

Entre el 20 y el 25% de las consultas de Atención Primaria (AP) están protagonizadas por pacientes que acuden de forma regular por síntomas somáticos.


Estos pacientes, también conocidos como "hiperfrecuentadores", acuden arbitraria-mente a las consultas de AP 12 o más veces al año, es decir, 10 veces más que el resto de los pacientes. Entre las quejas más frecuentes en este grupo de pacientes se encuentran los problemas de índole somático y, fundamentalmente, dolores físicos derivados de problemas de ansiedad y depresión.

El perfil típico del hiperfrecuentador es el de una persona que se queja siempre del mismo dolor y al que, a pesar de hacérsele numerosas pruebas diagnósticas, nunca se le llega a diagnosticar una dolencia orgánica. No obstante, el paciente sigue convencido de que tiene una enfermedad física y demanda más pruebas complementarias, mostrando un gran sufrimiento y necesidad de que sus dolencias sean validadas y legitimadas por los facultativos. 

Estos pacientes requieren un abordaje psicosocial, ya que los tratamientos farmacológicos prescritos para el manejo del dolor no suelen ser eficaces, y los pacientes acaban acudiendo de nuevo a las consultas d
e AP.

Según investigaciones previas hasta un 50% de todas las visitas realizadas en AP no se identifican con un problema médico o una patología orgánica demostrable que explique las quejas del paciente. «Aunque este trabajo se inició en el año 2008 -señala Calvo-, «cuando la situación de crisis económica no era relevante, sí que hemos encontrado relación entre hiperfrecuentación y probabilidad de sufrir ansiedad-depresión, y situación de inactividad laboral (entre ellas el paro)».

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