- Sangre, secreciones u otros fluidos corporales, tejidos u órganos de una persona infectada, viva o muerta. Entre los fluidos y secreciones, las que suponen un mayor riesgo de contagio son la sangre, heces y vómitos.
- Objetos que se han contaminado con fluidos corporales de los pacientes.
- Órganos, sangre, secreciones u otros líquidos corporales de animales infectados vivos o muertos. En África se han documentado casos de infección asociados a la manipulación de chimpancés, gorilas, murciélagos frugívoros, monos, antílopes y puercoespines infectados que se habían encontrado muertos o enfermos en la selva. No existe ninguna evidencia científica de que otras especies no mamíferas, como los mosquitos, puedan transmitir el Ébola.
- Transmisión por contacto sexual: El virus del Ébola se ha aislado en el semen hasta 61 días después de la aparición de la enfermedad, por lo que el contagio puede darse desde que se presentan síntomas de la enfermedad hasta varias semanas después de la recuperación clínica (la OMS recomienda no mantener relaciones sexuales o hacerlo con protección hasta tres meses después de la recuperación).
Cómo NO se transmite el virus:
- A través del agua y del aire.
- Los pacientes asintomáticos no transmiten la infección.
- Hay más probabilidades de contagio cuanto más avanzada está la enfermedad y los síntomas.
- A través de los alimentos: aunque el virus Ébola no se transmite por alimentos, se recomienda no consumir carne de animales cuya importación no está autorizada en la UE.